Violencias
La Exposición
Corría el año 2008 en la vereda Fátima del municipio de La Unión, cuando una familia campesina vio interrumpida su noche con golpes en la puerta. Eran personas extrañas, que llegaron armadas, que ordenaron, que separaron a hombres de mujeres, que abusaron sexualmente de las tres hermanas, y luego se fueron advirtiendo que estaba prohibido decir algo al respecto. Una violencia que dejó secuelas, que obligó a desplazarse, y que ha sido necesario para la víctima afrontar y Retratar.
La palabra que agrede, que discrimina, que acosa, que amenaza. La palabra que trasciende a la acción violenta y te desencanta del mundo. Al principio el miedo, la desconfianza, la inseguridad, y la baja autoestima; luego la decisión de acabar todo o cambiar, de intentar conectarse consigo misma y con la naturaleza. Este es el Retrato de la violencia que vive una adolescente en el entorno común.
Lo que se esperaba fuese un espacio seguro se convirtió en una cárcel, lejos de su familia, sin poder contar a nadie lo que pasaba y sin posibilidades de ser. Los muros de una casa fueron testigo de agresiones físicas y verbales que contaminaron el aire, a tal punto de no querer respirarlo más. Consideró acabar con su vida, pero optó por buscar su libertad, arriesgando todo logró huir y volver a las montañas de su tierra natal para sanar y superar ese Retrato de violencia.
En marzo de 1996 su cuerpo fue hallado sin vida, desnudo, con signos de violencia sexual, con múltiples heridas y sus pertenencias tiradas alrededor de los matorrales. Fue amenazada por el padre de su hijo por denunciar inasistencia alimentaria, estaba en riesgo pero no recibió apoyo ni fue escuchada por la institucionalidad. Finalmente no pudo protegerse sola del peligro, salió de casa pero nunca más regresó.
Como un presentimiento, algunos detalles parecieron indicar que ella no volvería a casa con su familia ese julio del año 2000. Sus súplicas no fueron suficientes para que seis disparos, el primero de estos en su pelvis acabaran con su vida y concretaran una serie de amenazas recibidas por parte del agresor, a quien Sandra tres meses atrás y cansada de las agresiones, había decidido abandonar como pareja. El Retrato de la violencia extrema que acecha y asesina.
La exposición fotográfica “Re-tratadas. La calle también es nuestra” es producto del proyecto homónimo, que a través de la imagen y la palabra busca visibilizar y reflexionar sobre casos y fenómenos de violencia contra mujeres jóvenes en el municipio de La Unión, Antioquia. Un ejercicio investigativo, artístico y comunicacional que transita por tres dimensiones: las Violencias, la Resiliencia y el Liderazgo de diferentes mujeres que nos contaron su historia, o que fueron reconocidas en voz de sus familiares y amigos/as. Su Re-trato es el llamado a conectarnos con cada uno de los 10 casos expuestos, a pensarnos nuestro rol en la sociedad y a exigir una vida libre de violencia contra las mujeres.
Resiliencia
Su vida ha transitado por múltiples caminos, lugares, oficios y situaciones. Una de estas fue la violencia en la vereda Guayaquil del municipio de Abejorral en el año 1996, que le arrebató al padre de sus hijos y la obligó a desplazarse y luchar sola por su familia. Ella conoce el verdadero valor de las cosas, sabe lo difícil que es conseguir algo y por eso sus manos simbolizan el esfuerzo y el amor por salir adelante.
Su infancia estuvo mediada por las carencias económicas, la ausencia de su padre, los abusos de quienes aprovecharon su condición de adultos para hacer daño. Una corta adolescencia la puso en el rol de madre y esposa a la edad de 15 años. A pesar de las dificultades y compromisos, su dedicación al trabajo y amor por estudiar le permitieron superar cada día nuevas metas. Con 38 años, Liliana quiere dejar huella donde llegue, no tener una vida monótona y poder contar a sus nietos muchas historias.
María Eduviges García Valencia nació en 1952. Su vida ha sido un peregrinaje. Tuvo 14 hijos, 2 de ellos además de su esposo fueron asesinados por actores armados. Ha tenido que vivir en diferentes municipios, y después de 4 años lejos, decide volver en 2004 a la vereda San Miguel Santa Cruz de La Unión, territorio que había tenido que abandonar en razón del conflicto armado. Orgullosamente campesina, le gustan los animales, las rosas, trabajar la tierra, sonreír y agradecer.
Liderazgo
Beatriz Gómez y Luz Dary Valencia, son madre e hija, la primera oriunda de La Palma Cundinamarca, llega a La Unión cuando tenía sólo 17 años y empieza a trabajar de la mano de las comunidades rurales. La segunda, creció junto a su mamá en procesos deportivos, culturales, políticos, psicosociales y movilizaciones, todos de carácter comunitario. Gracias a años de trabajo, ambas son referentes por su aporte a procesos de mujeres, de víctimas, de juntas de acción comunal, entre otros.
Más de 28 años de servicio como madre comunitaria, trabajando horizontalmente con organizaciones sociales, son suficientes para que Teresita sea una mujer referente para el municipio de La Unión. No en vano, su hija Nadis aprendió de esta vocación de servicio, y a su vez ha hecho parte de varios procesos locales, regionales y nacionales como formadora, como lideresa, como gestora. Su experiencia y compromiso han motivado el nacimiento de otros procesos y por eso ambas creen en el trabajo de base
Otros Créditos
Investigación: Alexandra Zuluaga, Patricia Orozco Toro.
Producción: Corporación Artística, Social y Cultural Adagio, Corporación Tulpa Comunitaria.
Agradecimientos a todas y cada una de las personas que nos contaron su historia, que nos ayudaron tanto en el proceso de investigación como en el de montaje.
Todos los derechos reservados. La Unión Antioquia, Colombia, agosto de 2017.
Sobre la fotógrafa
Leidy Gómez
"He amado la mirada, así mismo como un abismo que al mirarlo aquietadamente termina por mirarlo a uno, entrar en uno y ser uno eso que se mira. Mi mirada se ha vuelto mi identidad, mi manera de ser en el mundo, de estar, de convertirla en prótesis, en fotografía. Cuento 20 años desde mi nacimiento y desde los 15 decidí concederme el lujo de la contemplación, de hacer fotos, de tener la paciencia que requiere la experiencia, de concebir al arte desde su relación con el ritmo propio, de ser luz y sombra, tornasol, y ser siempre ese abismo que no se cierra."