Por: Edison Orozco Toro, sociólogo-docente
Póster versión 40: Fredy Rodríguez
En estas fiestas de la papa yo quiero parrandear/ necesito una morena que me quiera acompañar/. Tranquila pues mija/ este tiro no le fallo/ amanecemos bailando/ hasta que cante el gallo. Coplas alusivas a las Fiestas Folclóricas y Populares de la Papa en 1983.
Si por allá llueve por aquí no escampa. La única diferencia es que nosotros estamos de fiestas. Aprovechamos en parte los festivos de mitad de año para volver a Mesopotamia; para cerrar el parque principal del pueblo, montarle carpas, casetas, toldos, tarima, artistas y lo llenamos de mucha gente. Con la bulla y la novedad en estas calles el miedo al Covid se queda en la casa; no así el niño, los estudiantes, la señora, el señor y los campesinos que por andar ordeñando vacas y trabajando en estos pantaneros no tienen tiempo de salir de vacaciones. Y es que hace como seis años que no se hacen con todos los "juguetes", porque un político decidió que eso era gastar mucho en nosotros. Luego vino el confinamiento. En fin, sea como sea, y por más ocupados que estemos, por aquí en las Fiestas de la Papa nos volvemos a ver las caras.
Vengo a gastar unas cuantas palabras y resaltar la importancia de unas fiestas populares, ya no sé si folclóricas, de la papa en La Unión. Lo primero que celebro es la versión número cuarenta. Lo que denota un claro hecho social instituido, de mediana duración en el tiempo. Eso implica ya un ritual, algo que se repite y que nos convoca como colectividad, que es tuyo y mío, de todos, y aunque no obliga a nadie, somos nosotros quienes las hacemos cuando volvemos al espacio de lo público a reclamar un derecho que poco a poco nos han ido quitando: la calle, la celebración, la vida misma.
Las fiestas son un rito social que busca recordar, conmemorar, celebrar, festejar o divertir al colectivo de una comunidad. En la mayoría de los casos generan cohesión social, hasta el punto de que son usadas como estrategias políticas para evitar la guerra entre los habitantes de un territorio. Son tan antiguas como el mismo Homo sapiens; algunos teóricos lo acercan al concepto de Homo ludens, es decir, lo lúdico, el juego, la capacidad de hacer del cuerpo un acto de alegría.
Dicen también los expertos que las fiestas rompen con las dimensiones tiempo~espacio. Solemos vivir en un tiempo cíclico que nos ocupa en lo cotidiano, en lo rutinario de las labores o actividades diarias. La llegada de las fiestas desgarra este imaginario, creando un tiempo extraordinario; de tal manera que la sola mención del evento alimenta la expectativa, la novedad, la creatividad. Y en estos pueblos donde "nunca pasa nada, aunque pase de todo", es importante cortar con la monotonía de lo "normal". Esa fractura del tiempo se vive incluso antes, ya durante y después del acontecimiento. Por ello es común escuchar frases como "¿Listo pa' las fiestas?" "¡Esta noche no me esperen en la casa!" y "¡Qué fiesta más berraca la que me metí!" Estoy seguro que por estos días la mente de muchos adolescentes y jóvenes, aquellos que pocas posibilidades tienes de salir de paseo en su receso escolar, está cargada de un cúmulo de expectativas respecto a lo que harán en los jolgorios.
Antes de la llegada de los españoles en el siglo XV lo más acertado era hablar de ceremonias, la mayoría de ellas conectadas con el cosmos natural. Pero luego la idea de fiestas se extendió por los dominios de lo religioso, de lo patriótico, de lo libertario, de los días festivos, de lo estudiantil, de laboral, de lo popular y lo folclórico, de la diversidad cultural, de lo patrimonial, de la celebración en privado. En La Unión la idea empezó a surgir desde los años cuarenta, cuando algunos parroquianos quisieron unos festivales del maíz. Luego, el proyecto se volvió a retomar entre 1951 y 1952, fecha en la que datan las primeras versiones tradicionales, ya de la papa, hasta llegar actualmente a la versión cuarenta de un evento que ha pasado por varias fases y significaciones (ver cronología o datos relevantes más abajo).
Foto tomada de la web.
Respecto a la esfera espacial las fiestas hacen que adquiera mayor relevancia el concepto de lo público. Por unos cuantos días pasa a un segundo plano la esfera de lo privado, de la intimidad, y vuelve con toda su riqueza el espacio de lo común, de la interacción social. Eso de "tomarse las calles", el parque principal, también es un acto político, en ocasiones de carácter igualitario, pues allí se borran las diferencias socioeconómicas para los "nadies", aquellos que con unos cuantos pesos acceden a eventos que en condiciones normales no podrían pagar. Por ello celebro que desde 1983 las fiestas de la papa sean populares y folclóricas. Ese acto de protesta que los jóvenes de la época llamaron "la insurrección de la alegría”, sigue siendo hoy en día el hecho más significativo dentro de la historia de nuestras festividades. A su manera, ellos lo sintetizaron con la canción “Fiesta”, de Joan Manuel Serrat: https://www.youtube.com/watch?v=J-W7YAdxLIQ
Hablo de fiestas en plural porque si bien es un mismo evento el que nos congrega, cada persona o grupo social las vive, las siente de manera diferente, creando su propia versión de las fiestas. Emerge la explosión de los sentidos, el mundo de las miradas se abre, los sonidos se apoderan también del espacio, se crea y se recrea el mundo con las palabras, de los olores y sabores, el contacto con el otro se acrecienta, así sea a los empujones. En las fiestas hay miradas que matan, hay pintas que lo dicen todo, se ve “gente hasta de un solo ojo”, hay para todos los gustos, de muchos olores, sabores y colores. En suma, aparece lo simbólico, lo ceremonial y lo discursivo.
¿Y qué hay pa' hacer entonces en la versión cuarenta de estas fiestas? Como en la mayoría de las festividades de los pueblos, la cultura de masas le ha ido ganando espacio a lo patrimonial, y el término inclusión significa aquí una "variada y nutrida programación", donde todo cabe. Digo que aquello que nos es propio como unitenses son esas actividades que conversan con lo campesino y las manifestaciones locales: el evento de tractores, nuestra pequeña revolución de la máquina; la peña cultural donde artistas locales y de la región presentan sus talentos; el desfile de carrosas, espacio para pensar las formas de ser de lo rural; y el día del campesino, que al son de la música popular nos habla de los discursos que resuenan en los campo.
Concurso de tractores, 2022. Foto: Paola López Álzate
Aun así, me sigue generando ruido el asunto folclórico, pues a diferencia de otras fiestas regionales, verbigracia las del maíz en Sonsón, sí siento que hace falta un guion o formato más claro respecto a lo identitario y patrimonial. La misma pregunta por el tema papero o lechero y cómo manifestarlo; por las formas de vestir características que se adoptan en ferias y desfiles; la presencia de lo gastronómico propio de La Unión; por lo pedagógico de esa cultura (museos, formación de públicos, charlas); por los saberes populares; por los discursos que circulan respecto a cómo nos leemos y nos mostramos; el papel del visitante como consumidor pasivo que solo busca diversión (en 1983, el periódico Somos La Unión ya hacía la misma observación). El reto está en no olvidar nuestra cultura popular en tiempos globales de hibridación cultural.
Candidato al Papero de Oro 2008. Foto tomada de la web.
Obvio la cultura se desborda por otras venas. En la extensa oferta gastronómica, en especial en los chuzos variopintos que al amanecer compramos; en las canciones que cantamos cuando el licor aflora el sentir; en los juegos improvisados que congregan a mirones; en los emprendimientos locales que echan raíces y buscan crecer; en las pintas, paraíso para el arte de la contemplación y la puesta en escena del mundo de lo estético, donde somos actores y espectadores a la vez; en los eventos privados que ofrecen bares y discotecas para atrapar a las juventudes; en el arte conquistar, invento humano en el que afloran amores, deseos, pasiones...
No todo es positivo en unas fiestas. Lo masivo es tan bien sinónimo de tumultos, estrés, caos vehicular, accidentes, enfermedades, inseguridad, robos, peleas, estafas, fobias, problemas sociales... Y eso a mi modo de ver también es fascinante desde lo sociológico. Es en suma la sociedad configurándose y desconfigurándose en su máximo esplendor. Sea cual sea el motivo del encuentro del Homo ludens, celebro que vuelvan las fiestas de la papa, mientras espero que llegue el martes de remates para bajar a comprar unas cobijas que necesito.
10 datos sobre las fiestas de la papa
1. Hacia la década del cuarenta se mencionan algunos intentos incipientes de festivales, relacionadas con el cultivo del maíz, intentando ampliar el concepto de fiestas familiares y religiosas que se hacían en el naciente pueblo.
2. La primera edición de las fiestas tradicionales de la papa se realizó en 1951. El fin era recaudar recursos para obras comunitarias, como la planta eléctrica del municipio. La ganadora fue Virginia Ocampo, que recogió 15 mil pesos.
3. En 1952 se realizó la segunda versión de las fiestas, con una lógica similar a las anteriores, pero estas se no se realizaron en años posteriores en parte por temas relacionados con la Violencia partidista, y en parte por falta de candidatas. La moralidad de la época sancionaba a las mujeres que se lanzaran de reinas.
4. En 1964 inicia una segunda etapa de las fiestas tradicionales de la papa. Eran actividades en espacios cerrados. Allí el pueblo se reunía en dos bandos, ganando la candidata que más dinero recogiera, y para ello recurrían a todo tipo de estrategias, entre ellas cobrarle a los campesinos unos pesos para poder bailar con las candidatas.
5. En noviembre de 1983 inició una tercera etapa de las fiestas de la papa, a ellas se les dio el nombre de populares y folclóricas; dando fin a la realización del evento en lugares privados, abriendo la posibilidad a que toda la población pudiera acceder de manera libre.
6. En varias versiones las colonias de unitenses asentados en otras localidades se han vinculado a las fiestas, entre ellas la de Medellín, la de Tierra Alta, la de Bogotá e incluso la de Urabá, quien en 1985 realizó un homenaje nacional a la empanada, dado el valor simbólico de este alimento para recoger fondos para obras sociales.
7. En la historia de las fiestas han sido importantes los carnavalitos barriales, que se realizan días previos a los eventos centrales en el parque principal, el del corregimiento de Mesopotamia se sigue realizando; de especial recordación el del sector del Cementerio y el del Morro.
8. Si bien las fiestas no se han hecho de manera continua, cabe destacar que durante la época más álgida del conflicto armado en el pueblo (1996-2006), se siguieron realizando algunas versiones, sobre todo cuando grupos paramilitares arremetieron contra la población civil.
9. En el año 2008 el reinado tradicional cambió de formato, no hubo concurso de candidatas; en su lugar se hizo un reconocimiento a los viejos campesinos que durante su trayectoria de vida trabajaban el campo, la versión se denominó El Papero de oro.
10. En las últimas versiones el Comité central de las fiestas ha logrado que sean autosostenibles, esto es que a través de los dineros que aportan las empresas, los comerciantes y otras instituciones se logre cubrir la mayor parte de los gastos, dejando de comprometer el dinero público municipal en la mayor medida.
Fuentes de apoyo
- Aragón, L. (2018). Diccionario folclórico colombiano. Universidad de Ibagué. https://repositorio.unibague.edu.co/jspui/bitstream/20.500.12313/360/5/Diccionario%20Folcl%C3%B3rico%20Colombiano.pdf
- Arendt, H. (2012). La condición humana. Paidós Surcos.
- Canal 8 La Unión. (30 de mayo de 2022). Por los caminos de mi pueblo. Personalidades en la historia de las fiestas de la papa. [Vídeo] YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=28gZ5vf62Us
- García Canclini, N. (1989). Culturas hibridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad. Grijalbo editores.
- González, M. (2022). La fiesta en Colombia. Revista credencial. https://www.revistacredencial.com/historia/temas/la-fiesta-en-colombia
- Huizinga, J. (2007). Homo ludens. Alianza editorial.
- Periódico Somos La Unión. 1983-1994. Ediciones número 4, 5, 6, 14, 15, 20 y 27.
- Serrat, Joan Manuel. (24 de sep. de 2015). Fiesta (Versión Sin Censura). [Vídeo] YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=J-W7YAdxLIQ
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