Laura se transforma a través del color y el amor por los animales. Su conciencia sobre las injusticias que atropellan al ser, ha despertado el deseo de estudiar derecho para construir otras posibilidades.
Se reconoce como bisexual.
“Uno siempre carga con el miedo pero cuando uno escucha de la familia: ‘Te vamos a apoyar. No te vamos a juzgar’, yo creo que con eso uno queda contento y se le quita el miedo de encima”.
La voz de Laura amplifica la potencia de reconocer a otras personas desde sus singularidades.
“La Mesa en este pueblo ha hecho demasiadas cosas. Todos tienen su historia de vida y todos son grandes personas. Saber que no soy la única, que hay muchas más personas que están unidas conmigo y que todos vamos a crecer”.
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